

Un paraíso en caos busca recuperar la paz. La isla de Flores y el casco viejo de Santa Elena conforman un conjunto patrimonial de historia que perdura sin cesar. Existe una añoranza latente en el lugar por regresar a aquel paraje remoto, vegetado y fresco, familiar y armonioso, donde todos caminan y aún hay grama, sin ruido de motores y sin voltear dos veces antes de cruzar la calle.
Con esta carga memorial, la consultoría desarrollada planificó una serie de proyectos estratégicos para este sector de 55 hectáreas, comprendiendo: dietas viales, revitalización del centro de la Isla de Flores, transformación de edificios y terrenos municipales subutilizados, nuevos espacios públicos y sistemas de transporte colectivo. Este es un plan para devolver las Flores a su recuerdo idílico y a su futuro esperado, a través de sistemas de espacios públicos y movilidad pasiva. Atravesando el agua y el tiempo. Un calmo oleaje urbano.



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